lunes, 29 de septiembre de 2008

La Historia de Erika (Parte 2)

Capítulo dos:

El autobús traqueteaba con el sonido que hacen los autobuses comunes y corrientes al no estar en buen estado, el hombre del traje le facilitó el pergamino a Erika, quien lo abrió y lo observo sin leerlo; más por miedo que por interés.

-Quiero que seas estrella de un “Rialiti Chow”, donde tu y otras seis bellas damas competirán por el amor del Conde de Victoria Falls –Erika solo veía el contrato como si intentara undirse en el y escaparse de aquel autobús, pero el hombre seguía hablando –El es un hombre dulce, amable, noble, atractivo… -Erika volteo a ver al hombre, quien solo hablaba y hablaba sobre el conde y aquel reality show, el cual no parecía querer parar - …amoroso, tierno, respetuoso, inteligente, maduro…

-¿Por que me mientes? –Preguntó Erika, interrumpiendo al hombre de negro -¿Qué es lo que quieres de mi?

El hombre no la escuchó y siguió hablando de las “cualidades” de el Conde, cuyo nombre o excistencia nunca se había comprobado; ni siquiera se le había oído mencionar en los libros de Historia desde que Saint Claire tenia un pueblo vecino llamado Victoria Falls, el cual estaba abandonado después de algunos siglos.

Erika saco su teléfono celular de su bolsillo y llamo a su casa, sabia que ahí no había nadie, así que dejo un mensaje, mientras el hombre de negro parecía no importarle. -¿Mamá? ¿Papá? Solo quería decirles que los quiero, y que no se preocupen por mi. –Erika cerro los ojos y una pequeña lagrima comenzó a brotar. Guardo el teléfono en su bolsillo y volteo a ver al hombre.

-Te va a gustar mucho el Conde, y si no ganas… pues… harás un buen dinero; más si ganas, tendrás al amor del Conde por toda la eternidad, será el único hombre que necesitarás en tu vida, y estarán juntos por siempre.

-Pero no quiero ir… -Dijo Erika, Viendo al Hombre que solo parecía mirarla con una cara sin expresión.

-Créeme, será lo mejor para ti… -El hombre en ese momento miro hacia arriba y lanzo un suspiro -… y para el Conde.

-Pero, nunca eh conocido al conde… no me puedo enamorar sin saber quien diablos es el…

-De eso se trata el Reality – Comenzó a explicar el hombre –Siete bellas damas lo conocen… las vamos eliminando de una por semana… y la ganadora será la afortunada de tener al Conde como el hombre de su vida, mientras, pueden conocer y enamorarse del conde…

Erika miro sus zapatos por un segundo, y después volteo con el hombre –Y si no me gusta el Conde… ¿Qué hago?

El hombre miro los ojos de Erika, y después miro por la ventana del autobús –Aquí nos bajamos –Dijo cortante, mientras tomaba de el brazo a Erika y la levantaba bruscamente, mientras el chofer aplicaba los frenos lentamente.

Ambos bajaron por la puerta trasera silenciosamente, caminaron dos cuadras y dieron vuelta a una calle ancha, pero desierta. En esta calle, había un gran almacén, el hombre saco una llave de uno de los bolcillos de su gabardina y abrió una de las puertas de el gran almacén, y lo sostuvo para que Erika entrara.

Erika entro en el gran almacén, el cual estaba casi vacio, a excepción de unas cajas y un automóvil negro, viejo, casi antiguo y unas cajas. Ella intento abrir la boca para preguntar por que no había nadie, cuando sintió un duro golpe en su nuca… y calló al piso.

Por un tiempo indeterminado, Erika no vio ni escucho nada, pudieron haber sido solo minutos, pudieron haber sido horas, pudo incluso ser un día, o la mitad de uno, pero cuando Erika despertó, no estaba ya en el almacén vacio. Estaba en una habitación con una gran ventana, cerrada por cortinas finas. Había también una televisión un tanto vieja, un cuadro en la pared, el cual mostraba un castillo al fondo, y al frente y al centro, una bandera rojo sangre ondeaba sobre un montón de gente tirada en el piso. Erika miro hacia el otro extremo de la ventana y vio un armario con una de sus puertas entreabierta, por donde se alcanzaba a ver un vestido negro con adornos purpura y blanco. Erika continuo observando su habitación, cuando se encontró con un espejo y se dio cuenta de algo que le hizo gritar con terror… Su uniforme escolar había desaparecido y quedó solo en ropa interior!

Erika se abrazo a si misma y se pregunto si le había pasado algo. Por su mente pasaban muchas cosas e intentaba aclarar que no le hayan hecho nada mientras estaba inconsciente. Finalmente se tranquilizo y cerró los ojos por un segundo, no sabia por que, pero algo dentro de ella le dijo que no había pasado nada, y que estaba “bien”, aunque secuestrada en algún extraño lugar que no conocía.

Erika cerró los ojos y al abrirlos notó algo que había estado ahí todo el tiempo, un pequeño papelito azul. “Vístete” Decía el papelito, seguido por algo en letra manuscrita, “Perdón por el viaje tan rudo, pero no sabíamos como traerte aquí”.

Erika se levantó de la cama y se dirigió al armario, al abrir sus puertas notó muchos más vestidos, la mayoría de ellos largos y elaborados, con diseños complejos pero en cierto sentido hermosos, así como unas pocas faldas y camisas. Ella solo tomo un vestido sin fijarse mucho en su forma y se lo puso rápidamente, y después se vio al espejo en aquel vestido color Azul con una pequeña flor en el busto.

Erika se acerco a la ventana y levantó las cortinas, ella miró hacia el horizonte y alcanzo a ver algunos de los altos edificios de Saint Claire, entonces se enfoco en las cercanías y vio nieve y rocas… ella se puso a pensar en sus clases de Geografía, y recordó que el punto más cercano donde había todo eso era la montaña de Victoria Falls, el cual hace siglos era sitio de un pequeño rio con una pequeña catarata, y un pueblo grande, el cual quedo abandonado cuando el rio se seco.

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